viernes, 21 de enero de 2011

La debilidad se paga muy cara

El Gobierno está pagando caro contar con un jefe de Gabinete débil y con poderes recortados. La ausencia de Cristina Kirchner en el país dejó al desnudo una administración llena de contradicciones, trifulcas internas y ministros que sólo responden a sus intereses sin que nadie los coordine.

Por lo que se vio en los últimos días en la Casa Rosada, Aníbal Fernández no tiene el control de toda la botonera, como le gusta graficar. Tampoco la Presidenta logró unificar el discurso oficial desde la lejanía.

Manejar el poder desde la lejanía es tarea de pocos o de gobiernos con ministros más poderosos a la hora de ejercer el control real.

Por

Martín Dinatale

mdinatale@lanacion.com.ar

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